La primera entrada de este blog, tiene que ir, como no podía ser de otra forma, a tratar que es, para mí, PROTOCOLO, (lo pongo con mayúscula por que considero que lo merece).
El protocolo es un arte y como tal echa mano de creatividad y técnica,
no son solamente reglas de obligado cumplimiento, no es un mero diseño
de un evento, es un compendio de actuaciones de muy diversa índole que
conducen, bien controladas y dirigidas, a la consecución de objetivos y
probablemente al éxito.
El
protocolo no es casposo, no es transgresor, no es cursi... Casposas,
transgresoras o cursis son, en todo caso, las personas que lo diseñan y
ponen su impronta.
El
protocolo es flexible, no se salta ni se rompe, en muchos casos, salvo
en cuestiones que indica la ley, recomienda, no obliga.
Nuestro
día a día gira en torno a un protocolo que, cuidadosamente diseñamos,
es algo cotidiano, nos vestimos acorde con el lugar al que vamos a
acudir, y tomamos las medidas necesarias para que todo lo que hemos
decidido realizar salga según lo previsto, no es algo encorsetado cada
uno lo dibuja como considera más en consonancia con las circunstancias
que le rodean en ese momento.
Así
mismo las instituciones diseñan su modo de actuar y organizar contemplando el mayor número de escenarios, buscando transmitir de la mejor manera posible
sus mensajes y permaneciendo vigilantes (o eso a mi modo de ver
deberían hacer) por si lo que hagan, o digan puede, de alguna forma
dañar a quienes representan.
Es
verdad que la "rigidez" del protocolo oficial no es lo misma que la del
protocolo empresarial, que es por otra parte mucho más reciente, aunque esto va cambiando y actualizándose, el organizar y ejecutar con eficacia y eficiencia es una preocupación de todos los sectores.
Desde
la antigüedad se buscaba distinguir, de alguna forma, a las personas
que lideraban la organización de las tribus, para que fuera posible
identificarlas con una simple mirada, no entiendo por qué , ahora, nos
da tanto pudor hacerlo, nadie es más ni menos , simplemente juega un
papel distinto a otro en la sociedad.
Ya
en la prehistoria, los eventos han tenido una ambientación adaptada al
mensaje que querían transmitir, una escenificación que los distinguiera
de otros, los rituales de baile no eran igual para atraer a la lluvia,
que para agradecer que hubiera caído, y ahora perdemos el tiempo en
reivindicaciones absurdas quedándonos en lo anecdótico y olvidando el
auténtico significado de los actos...
os
imagináis que lío si no estuviera todo bien coordinado... luchas por,
ocupar asientos, lugares en las líneas de saludo, presidencias en los
actos, intervenciones, escenarios, puestas en escena, etiqueta y tantas y
tantas cosas, (no toco a las banderas porque son punto y aparte, no hay
manera de bien organizarlas)... Un caos absoluto.
Creo que en verdad no somos conscientes de todo lo que implica que el protocolo sea ejecutado con acierto.
No
le tengamos miedo, no somos ni más antiguos, ni más recalcitrantes, ni
más elitistas por aplicarlo, muy al contrario. Buscamos la manera más
amable de relacionarnos unos con otros. Y eso que yo sepa es atemporal e
inetiquetable.
El protocolo es una potente herramienta de comunicación que tiende puentes... Él que aplicándolo a su modo no lo consiga, tendrá que cambiar su manera de entenderlo.
Esto va de facilitar, construir y transmitir.
Desde
este escaparate de variedades protocolares, quiero, una vez más,
mostrar mi admiración y respeto por todos los profesionales que día a
día, y en tan diversas índoles, encajan piezas de puzzle.
Y simplemente recordar que por encima de dimes y diretes, está el protocolo para facilitarnos la vida a todos!